Hola mis pocos ciberlectores, les cuento, para los que no me
conocen, que soy una persona que me gusta conversar mucho con las personas, no
importa la edad que tenga, me gusta conversas con los niños, porque de ellos se
aprende mucho más de lo que nosotros creemos, me gusta conversar con personas
de mi edad, porque es muy divertido y también me gusta conversar con gente
adulta, porque más sabe el diablo por viejo que por diablo, por eso hoy les
vengo a hablar sobre las conversaciones.
Una gran conversación se puede dar en los lugares y momentos
menos apropiados, así como una aburrida conversación se puede dar en lugares
muy amenos. Particularmente suele sucederme que la gente se me acerca mucho a
hablarme, en muchas ocasiones se me han acercado personas desconocidas a contarme sus problemas y sacando una de mis
pocas virtudes, es que a mí sí me gusta mucho escuchar a otras personas y
apoyarlas en lo que esté a mi alcance.
Conozco a muchas personas que no les gusta mucho conversar
con personas que no conocen, por ejemplo mi madre, si una persona no se le
acerca a decirle algo, ella tampoco nunca habla, le cuesta mucho porque es muy
reservada pero en cambio con las personas que sí tiene confianza si suele
hablar y preguntar mucho.
Y quien no ha tenido una conversación que dure toda la
noche, yo sí la he tenido y déjenme decirle que aunque al otro día te pudras de
sueño, la conversación si valió la pena. Me gusta conversar, me gusta saber cómo
está la otra persona, y no por chismosa, sino porque a la persona que le
pregunto cómo está, es porque realmente me importa cómo se siente.
Yo suelo conversar siempre, es más a veces me tienen que
decir cállate que quiero dormir, pero yo sigo, por ejemplo mi mejor amiga
Rocio, es una chica de pocas palabras, si le cuentas un problema hace el mayor
esfuerzo por preguntarte más cosas o tratar de darte un consejo, para que
suceda eso ella te debe tener mucha confianza, a diferencia de mí, que yo
pregunto demasiado y hablo demasiado.
En el colegio y hasta ahora en la universidad, me acerco a
conversas con los profesores que me caen bien, en el colegio mis amigas me decían,
que aburrido que puedes conversar con un viejo o vieja, pero debemos tener en
cuenta que mi crianza ha sido siempre con personas mayores, porque en mi
familia, no tengo primos o hermanos de mi edad, por esa razón estoy
acostumbrada a tratar con gente mayor que yo y sin aburrirme nada.
Las conversaciones por teléfono, existen personas que odian
hablar mucho tiempo por teléfono, pero yo amo hablar por teléfono con mis
mejores amigas, es algo de nunca acabar por siempre salen más y más temas, hasta
que te duele la oreja o hasta que se te acabe el saldo.
También hay esas conversaciones que tienen que ser cara a
cara, ya sean las confesiones o las que necesitas explicar con gesto el gran
chisme del año, pero bueno creo que por que exista la tecnología no hay nada
mejor que sentarse tranquilos, mirar a los ojos a aquella persona y conversar.
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