miércoles, 11 de julio de 2012

En carne propia


Siempre vamos a estar rodeados de personas y éstas nos van a pedir consejos, hay personas que te dan consejos para salir del paso, y otras que sí te las dan porque quieren ayudarte, pero ahora hablaremos del primer grupo.

No sé si pasa porque estamos apurados o porque simplemente no se nos da la gana, pero muchas veces no tenemos esa gran capacidad de ponernos en el lugar de la otra persona, es decir no podemos sentirlo en carne propia.

Muchas veces aconsejamos para salir del paso, debo confesar que cuando yo quiero de verdad a alguien, sí siento en carne propia lo que la otra persona siente, o cuando la otra persona de verdad esta pasándola mal, también puedo ponerme en los zapatos de ésta persona, pero cuando ya me aburrí del mismo royo simplemente aconsejo para salir del paso.

Una amiga íntima, me contó que ella está cansada de escuchar el mismo problema de su amiga, y la verdad la entiendo muy bien, porque ponernos en lugar de otros es muy difícil, más cuando una persona no entiende o no quiere entender la realidad.

Ponernos en los zapatos de otros, requiere de mucho esfuerzo y no cualquiera lo puede hacer, requiere de mucha paciencia, tolerancia y respeto, porque debemos entender que no todas las personas sentimos, pensamos u opinamos de la misma manera, tenemos que entender que las personas enamoradas no piensan con la misma lucidez que una persona normal, debemos de tener todo el buen humor del mundo y sobretodo estimar a esa persona, para que así el trabajo no sea tan difícil, debemos de aconsejar como si el consejo fuera para nosotros, porque de esa manera brindaremos un apoyo sincero, muchas veces esa personas nos ven como su única opción y por eso creo que aconsejar debe ser algo que te salga del alma y no algo que sea  una obligación, y cuando no tienes algo que decir, simplemente dale un gran abrazo a esa persona y dile que tú estás a su lado.  

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