jueves, 19 de julio de 2012

Un mal consejero


Muchas veces por el orgullo perdemos grandes oportunidades en la vida, perdemos la oportunidad de ser feliz, de amar, de equivocarnos y aprender, de saber que en equipo las cosas pueden solucionarse mejor y de otras cosas más.
Se dice que la persona orgullosa, es aquella que no necesita de nadie para solucionar un conflicto, es aquel que por más que necesita ayuda a gritos, no la pide, es aquella persona que quiere decirte que te ama, pero no te lo dice por el maldito orgullo.
Pero en realidad, qué es el orgullo; el orgullo es el exceso de estimación propia (autoestima), es valorarse demasiado, hasta llegar a pensar que somos 100% autosuficientes y que no necesitamos de absolutamente nadie, es la vanidad y la soberbia.
Sin embargo, no debemos olvidar que el orgullo en cierto sentido también es bueno, ya que el orgullo refleja autoestima, no soy psicóloga, así que trataré de explicarles mi punto de vista, debemos de sentirnos orgullosos de las cosas buenas y logros que hemos recibido en el trayecto de nuestras vidas, esto refleja que tenemos una autoestima equilibrada, el orgullo es un mal consejero, cuando se llega a tener un exceso de estimación propia.
Las personas orgullosas, fingen ser felices, pero en verdad, retienen gritos de auxilio que nos lo dejan salir, porque tienen la tonta idea, que el pedir ayuda los hace menos fuertes.
El orgullo es el peor consejero que puede existir, si estás peleada con aquella persona que más quieres, y por el orgullo no le dices que te disculpe, o que hay que olvidar todo y comenzar de nuevo, pero ese estúpido orgullo tuyo, puede más que todo, y  qué pasa si esa persona se muere ese mismo día, que pasa si jamás la vuelves a ver, te quedas solo con tu orgullo.
El orgullo también lo podemos utilizar para pensar que todo está bien, te encierras en tu burbuja donde todo es paz y felicidad, porque tu orgullo no deja ver la verdadera realidad de las cosas y prefieres crearte una mentira, antes de pedir ayuda a otro y en lugar de salir del problema, el orgullo nos mantiene en ellos. El orgullo nos hace mentirnos a nosotros mismos.
Debo recordarles que tampoco quiero que confundan las cosas, ya que todas las  personas debemos tener ese orgullo que va acompañado con la dignidad, para hacernos respetar como seres humanos.
Para terminar recuerden que el orgullo no sirve absolutamente de nada, al contrario, nos separa de las personas que queremos, nos aleja de cosas o situaciones que nos harán crecer como personas, el orgullo nos conduce a la soledad y la soledad a la tristeza.

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